sábado, 24 de mayo de 2014

Mi película favorita. " Lugares comunes ".









Otra de mis pasiones es el cine, así que hoy voy a hacer un cambio de temática y trataré sobre la que creo es mi peli favorita.

Esa película se llama " Lugares comunes ", y el director es Adolfo Aristarain.


Os dejo dos de las secuencias más interesantes, a mi me han hecho reflexionar mucho.













Espero que os gusten...





Un poco de historia sobre el zodiaco. Por Rafael Gil Brand.








Un poco de historia


Veamos ahora una serie de datos históricos respecto al origen y la evolución del zodiaco, que me parecen significativos:

  • La división regular de la eclíptica en doce sectores de 30° cada uno ya se utilizaba en Mesopotamia en el siglo VI a.C. (posiblemente ya antes) según los documentos históricos disponibles. Este zodiaco era claramente sideral: sabemos que los astrónomos babilónicos determinaron la posición del punto vernal a 10° de Aries, y más tarde a 8° de Aries, lo cual obviamente es una corrección de la primera medida como consecuencia de la precesión. Por tanto hay que partir de que los caldeos utilizaban un zodiaco sidéreo con respecto al cual calculaban la posición del equinoccio. Tengamos en cuenta también que la simbología asociada a las constelaciones es mucho más antigua aún (independientemente de que existiera un zodiaco regular).

  • Los astrólogos helénicos constatan que su ciencia les viene transmitida por los caldeos y egipcios. Una de las primeras escuelas en la antigua Grecia fue la del astrólogo caldeo Beroso (s.III a.C.). De manera que, el menos en un principio, debieron de asumir el zodiaco sideral, ya que se trata de un sistema claramente babilónico, preexistente a la astrología helénica. El argumento de que fue la astrología helénica la que formuló los significados de los signos, en una época en que los zodiacos coincidían no me vale, pues aparte de testimonios como el de Diodoro (50 a.C.), que nos informa de la ciencia astrológica de los caldeos, ¿qué sabemos nosotros lo que enseñó un Beroso? Es más plausible pensar que los griegos pusieran por escrito lo que sus antecesores transmitían oralmente. De hecho Diodoro nos dice que “entre los caldeos esta rama de la filosofía es propia de una casta … y se transmite de padres a hijos” (13) (que es como decir que la astrología la mamaban de pequeñitos).

  • La astrología griega y la hindú son dos ramas de la misma tradición. En los siglos posteriores a Alejandro Magno las ciencias helénicas fueron transmitidas hasta la India, y viceversa. Incluso después de la toma de poder de los Sasánidas en el siglo tercero d.C. la lengua griega se mantuvo entre las clases cultas en la zona de Irán y Afganistán actuales. Así, entre los términos técnicos de la astrología védica nos encontramos con una serie de palabras de origen griego. Una de las primeras obras hindúes sobre astrología genetlíaca, el Yavanajataka (ca. 270 d.C.), es una traducción de un texto griego, según rezan los últimos versos de la obra. David Pingree saca la conclusión de que la obra original podría haber sido escrita en Alejandría (14).

  • Un gran número de astrólogos griegos y romanos basaba sus cálculos en un zodiaco sidéreo, aunque la diferencia entre ambos zodiacos en aquella época fuera pequeña. En el capítulo dedicado a los signos zodiacales Vettius Valens por ejemplo dice: „Aries es de naturaleza acuosa, trae truenos y granizo. Especialmente su primera parte, hasta el equinoccio, trae tempestades…“ (15). Anteriormente a esta cita Valens ha descrito a Aries desde el punto de vista astrológico, y aquí se refiere a la „influencia“ del Sol en su paso por el signo. Este texto no solo deja claro que el comienzo de Aries no coincide con el punto vernal, sino que además distingue el equinoccio como un factor estacional independiente del signo zodiacal.

  • El primer astrónomo, que sepamos, que describió un zodiaco tropical fue Euctemon (siglo V a.C.). En sus parapegma (cuya información es puramente astronómica y meteorológica) hacía coincidir el primer grado de Aries con el equinoccio de primavera, el primero de Cáncer con el solsticio de verano etc. Es decir, utilizaba un calendario solar basado en las estaciones del año, dando a las doce partes de la eclíptica el nombre de los signos zodiacales. Los caldeos también utilizaban – paralelamente al calendario lunar - una división estacional en doce meses. El equinoccio coincidía aquí con el día 15 del mes de Nissan. La diferencia reside en que Euctemon dió a los meses el nombre de los signos zodiacales, mientras los babilonios reservaron estos símbolos, vinculados a las constelaciones estelares del mismo nombre, para el zodiaco sidéreo.

  • Hiparco de Nicea (siglo II a.C.), el descubridor de la precesión de los equinoccios, asumió la definición tropical del zodiaco. Pero la introducción de este zodiaco tropical en la astrología propiamente dicha no parece llevarse a cabo hasta la época de Claudio Ptolomeo (siglo II d.C.), cuya astronomía se basaba en gran parte en la obra de Hiparco. Aunque es posible que ya Posidonio (s. II-I a.C.) aplicara el zodiaco de Hiparco. El Almagesto de Ptolomeo impuso el paradigma cosmológico vigente durante toda la Edad Media, y la superioridad de sus tablas planetarias con respecto a sus predecesoras indudablemente contribuyó a establecer a la larga el zodiaco tropical.

  • Un predecesor de la división tropical fue probablemente el sistema caldeo de los tiempos de ascensión(16), que se componía de 12 segmentos de la eclíptica dispuestos simétricamente con respecto a los equinoccios, pero que los caldeos distinguían de los signos zodiacales. Los griegos más tarde identificaron estos segmentos con los signos: en vez de definir que el segmento primero comienza a 10° o 8° de Aries – como habían hecho los caldeos – lo equipararon al signo de Aries en su totalidad. Esta norma la siguieron también astrólogos como Vettius Valens, que por lo demás trabajaban con posiciones sidéreas. Argumento que muchos esgrimen en contra de un zodiaco sideral utilizado por los griegos. Este hecho tiene su explicación: es posible que Valens y sus coetáneos hicieran coincidir los tiempos de ascensión con los signos zodiacales, porque sabían que en su época el equinoccio se hallaba muy cerca de 0° de Aries (más o menos sobre 3°), de manera que a efectos prácticos la diferencia era despreciable para aquella época. Además hay que tener en cuenta que los astrólogos de entonces no tenían ni por asomo una idea tan clara de la dinámica de la precesión como la podemos tener nosotros, de manera que confundían fácilmente conceptos sidéreos y tropicales.

  • Las posiciones planetarias de los horóscopos de ejemplo que vienen en la Antología de Vettius Valens son sidéreos, como demuestran Neugebauer y van Hoesen en su estudio sobre horóscopos griegos (17). Lo mismo vale para los horóscopos en la obra de Palco y Retorio (siglos V y VI d.C.). Estos autores ya conocían las tablas de Ptolomeo.

  • De un comentario de Teón de Alejandría (s. IV d.C.) sobre la utilización de tablas se deduce que a menudo los astrólogos corregían las posiciones planetarias de Ptolomeo a coordenadas sidéreas. Según van der Waerden, experto en astronomía antigua, „el informe de Teón demuestra claramente la popularidad del zodiaco sidéreo entre los astrólogos del último período romano“ (18).

  • Teón de Alejandría transmite también la antigua teoría de la trepidación, según la cual el punto vernal oscilaría alrededor de un equinoccio medio (que equivaldría al cero de Aries sideral), pudiendo alcanzar una distancia máxima de 8°(19). Más tarde el astrónomo andalusí Azarquiel (s. XI d.C.) desarrolló una serie de modelos matemáticos para explicar la trepidación (20) (dib.3). No sería hasta después de Copérnico que los astrónomos abandonaran definitivamente esta teoría.
                                             

                                                                                       Dib.3



  • En el primer período de la astralogía árabe parece haberse utilizado un zodiaco sidéreo, aunque con un desfase de unos 4° con respecto al cero Aries original de los caldeos (el ayanamsa que utilizan en la India suele estar entre estos dos valores). El gran maestro Abu Masar (s. VIII-IX d.C.) explica en su Introducción breve a la Astrología en el apartado dedicado al signo de Piscis: „en su última parte se halla el equinoccio“, mientras en Aries leemos que “la luz diurna es mayor que la horas iguales” (21). En los demás signos mutables y cardinales hallamos sentencias análogas. Se trata de definiciones que apuntan claramente a un zodiaco sidéreo con los equinoccios en los últimos grados de Piscis-Virgo, coherente con la época en que vive Abu Masar.

 

Resumiendo, podemos concluir que:

    • El sistema astrológico fue concebido en un principio en base a un zodiaco sidéreo (aunque desconozcamos por el momento las razones que tuvieron los antiguos para definir y ubicar los signos de la manera que lo hicieron).


    • Los signos zodiacales y sus dignidades planetarias asociadas  constituían el fundamento estructural de toda la interpretación del horóscopo.

    • El zodiaco sidéreo se mantuvo en Roma, en Bizancio e incluso en la astrología árabe hasta ya entrada la Edad Media, paralelamente a un zodiaco tropical, al tiempo que se confundían conceptos derivados de ambos zodiacos.

    • Hasta el Renacimiento los astrónomos no eran verdaderamente conscientes de la naturaleza de la precesión ni de sus consecuencias, y seguían manteniendo la teoría de la trepidación.

    • La astrología hindú o védica no es en absoluto un sistema diferente del occidental, sino más bien una rama de la misma tradición que continuó utilizando el zodiaco sidéreo original. Es más, el estudio de la astrología hindú puede ayudarnos a entender muchas facetas de la tradición astrológica occidental.

    • La astrología hindú sigue utilizando el zodiaco como fundamento estructural del mismo modo que lo hacían nuestros antepasados helénicos. De hecho – y salvando el tema de los zodiacos - el parecido entre la astrología hindú y la helénica o árabe es mayor que entre la hindú y muchas variantes en boga de la astrología occidental moderna.
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    •  http://www.astrologia-vedica.net/Retornoalasestrellas.htm
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viernes, 23 de mayo de 2014

La Astrología desde una perspectiva filosófica.







Quiero pensar que ambas disciplinas, la Astrología y la Filosofía, van cogidas de la mano.

La Astrología como praxis y la Filosofía como substrato fundamental que la sustenta.

El filósofo como tal y etimológicamente hablando, es un " amigo de la Sabiduría ", en ningún caso un " poseedor de la Sabiduría ".

Asimismo el astrólogo yo creo que debe estar en esa línea, ni ser un fundamentalista, ni creerse por encima del bien y del mal.

Me gusta pensar sobre la Sabiduría, para mi es el camino, no la meta........es como el viaje a Itaca.

Asimismo la Sabiduría como tal no se puede asumir como algo absoluto......nadie llega a "Sabio" porque la Sabiduría no tiene final.

Un@ puede acercarse a orillas respetables de Sabiduría, que para mi es lo mismo que acercarse a orillas respetables de Felicidad.

Sobre los eruditos, nada diré porque estos pueden ser sabios, o también pedantes.

Y sobre los especialistas tampoco diré nada.......ni sobre los licenciados.

Me gusta pensar en la figura del astrólogo que sabe y habla con conocimiento de causa, pero ya sabeis que en el fondo yo soy un idealista.


Pues en esto andaba pensando, que ya es mucho......modestia aparte.





Hoy toca reflexión.









No soy amigo de los namastés, ni de las bendiciones gratuitas......hay toda  una parafernalia pseudo espiritual que me carga bastante, llamadme tiquismiquis , si quereis.


Mi reflexión de hoy va destinada a recapacitar sobre la idea de lo light, de las enseñanzas para dummies que ahora están tan de moda.


Parece que todo nos entra  por la imagen, por la estética .....y yo me rebelo ante esa realidad.

No me voy a extender más, creo que la idea está clara, solo quería compartirlo.






jueves, 22 de mayo de 2014

Sobre el Kybalión.










El Kybalión es un documento del siglo XIX que resume las enseñanzas del hermetismo, también conocidos como los siete principios del hermetismo. Su autoría se atribuye a un grupo anónimo de personas autodenominados Los Tres Iniciados, aunque las bases del hermetismo se atribuyen a un alquimista místico y deidad de algunas logias ocultistas llamado Hermes Trismegisto, cuya existencia se estima en Egipto antes de la época de los faraones, y según la leyenda fue guía de Abraham.



Los siete principios

 

Los siete principios, o axiomas, como están descritos en el Kybalión son:
  1. Mentalismo. El Todo es mente; el universo es mental.
  2. Correspondencia. Como es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba. Afirma que este principio se manifiesta en los tres Grandes Planos: El Físico, El Mental y El Espiritual.
  3. Vibración. Nada está inmóvil; todo se mueve; todo vibra.
  4. Polaridad. Todo es doble, todo tiene dos polos; todo, su par de opuestos: los semejantes y los antagónicos son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado; los extremos se tocan; todas las verdades son medias verdades, todas las paradojas pueden reconciliarse.
  5. Ritmo. Todo fluye y refluye; todo tiene sus períodos de avance y retroceso, todo asciende y desciende; todo se mueve como un péndulo; la medida de su movimiento hacia la derecha, es la misma que la de su movimiento hacia la izquierda; el ritmo es la compensación.
  6. Causa y efecto. Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo a la ley; la suerte o azar no es más que el nombre que se le da a la ley no reconocida; hay muchos planos de casualidad, pero nada escapa a la Ley.
  7. Generación. El género existe por doquier; todo tiene su principio masculino y femenino; el género se manifiesta en todos los planos. En el plano físico es la sexualidad.
El principio de Generación es totalmente en su sentido hermético y el sexo, es la acepción ordinariamente aceptada del término, aunque no son lo mismo. La palabra género deriva de la raíz latina que significa "concebir, procrear, generar, crear, producir". Un momento de consideración sobre el asunto demostrará que esa palabra tiene un significado mucho más amplio y general que el término sexo, pues este se refiere a las distinciones físicas entre los seres machos y hembras. Es necesario que esta distinción se imprima en la mente, porque ciertos escritores que han adquirido algunas nociones de filosofía hermética han tratado de identificar este séptimo principio con erróneas y a veces reprensibles teorías y enseñanzas concernientes al sexo (Libro el Kybalión, Los tres iniciados editado en español)

Los Tres Iniciados

 

Los "tres iniciados" que escribieron El Kybalión decidieron permanecer en el anonimato. Esto ha generado muchas especulaciones sobre quién escribió realmente el libro. Hay varias escuelas de pensamiento que se atribuyen su autoría. La teoría más popular es que Paul Foster Case, Michael Whitty y William Walker Atkinson (también conocido como Yogi Ramacharaka, Swami Panchedasi, Magus Incognito, Theodore Sheldon y probablemente muchos otros pseudónimos conocidos y desconocidos) eran los "tres iniciados" que escribieron el libro. Esta teoría es a menudo expuesta por miembros de Builders of the Adytum, la Escuela de Misterios que fundó Case, aunque el grupo en sí no se hace eco públicamente de la misma; de hecho, parece que esta historia se originó en un grupo escindido de B.O.T.A., la Fraternidad de la Luz Oculta.1
También apoya esta teoría el hecho de que Paul Foster Case era masón, y que la editorial del Kybalión, Yogi Publication Society, pusiera su dirección en el frontispicio del libro como 'Templo Masónico, Chicago, Illinois'. Sin embargo, mucha gente que presenta esto como una 'evidencia' de la autoría de Case, probablemente desconoce que el "Templo Masónico" de Chicago era en realidad el primer rascacielos de la ciudad, que alojaba docenas de tiendas y pequeños negocios sin ninguna afiliación masónica. El edificio fue nombrado por la logia masónica que financió gran parte de su construcción, y en realidad se encontraba en los pisos superiores.2
Otros nombres que se barajan frecuentemente en relación con la autoría del Kybalión son Harriet Case (la esposa de Paul Foster Case en esa época), Ann Davies (quien sucediera a Paul Foster Case a la cabeza de B.O.T.A.), Mabel Collins (una destacada escritora teosófica) y Claude Brogdon (un famoso mago de teatro).
La teoría más probable es que el Kybalión fue obra de William Walker Atkinson, con o sin ayuda de terceros. Una de las primeras publicaciones de Atkinson pudo haber sido una serie titulada Las Enseñanzas Arcanas, que comparte algunas similitudes superficiales con el Kybalión: El Kybalión explora siete 'Principios Herméticos', mientras que Las Enseñanzas Arcanas explora siete 'Leyes Arcanas'; el Kybalión afirma ser una elucidación de un antiguo texto hermético inédito del mismo nombre, mientras que Las Enseñanzas Arcanas dicen explorar la sabiduría de un antiguo pergamino no publicado de aforismos ocultos; ambos libros describen tres 'Grandes Planos' de realidad que se subdividen cada uno en siete planos inferiores. Ambos libros describen tres de los planos inferiores como "llaves negras astrales", similarmente a las teclas negras de un piano, y habitados por espíritus elementales; y ambos libros describen con gran detalle el proceso de la 'alquimia mental', el uno casi en total consonancia con el otro. Hay muchas otras similitudes, que conducen de forma natural a la pregunta de si 'Las Enseñanzas Arcanas' podrían haber sido el "primer borrador" de Atkinson para el material que posteriormente se convertiría en el Kybalión.

 
 http://es.wikipedia.org/wiki/Kybali%C3%B3n



Propiedades medicinales de las esencias. Por Artemisaille.







PROPIEDADES MEDICINALES DE LAS ESENCIAS

 

 

Albahaca: antidepresiva; antiséptica; tónica digestiva; estimulante de las glándulas suprarrenales; afrodisíaca. Indicada para el tratamiento de la depresión, desmayos, fatiga mental, migraña, náuseas, y tensión nerviosa. En la antigua roma era considerada un remedio universal.
Canela: antiséptica, estimulante cardiaco, circulatorio, digestivo y respiratorio; antiespasmódico; antídoto contra las picaduras; afrodisíaca. Indicada para combatir la debilidad, enfermedades contagiosas, infecciones, impotencia y mordeduras de serpiente. Se le atribuye la facultad de “espantar” las malas energías.
Cajeput: antiséptico; analgésico; insecticida. En congestión pulmonar, neuralgia y acné.
Cedro (madera de): antiséptico; astringente; sedante; estimulante de la digestión; expectorante; afrodisíaco. Indicado en congestión pulmonar, eccemas y afecciones de piel, y para estimular la respuesta sexual. Parece ser la primera esencia destilada, utilizada ya por los egipcios en el embalsamamiento de cadáveres. Se le atribuye la capacidad de mejorar la vida familiar y los amores.
Ciprés (hojas de): astringente; reconstituyente; antiespasmódico desodorante. Indicado para combatir la tos, reumatismo y gripe, reducir varices, como cicatrizante de heridas y regulador de la tensión muscular y nerviosa. Fue el perfume favorito de los asirios.
Clavo: antiséptico; antiespasmódico; analgésico; estimulante físico y mental.
Enebro (bayas de): tónico del sistema nervioso; estimulante de la digestión; diurético. Recomendado en caso de digestiones lentas, retención de líquidos, reumatismo, llagas y heridas, y psoriasis (previo raspado de las placas).
Eucalipto: antiséptico; tranquilizante; repelente de insectos. Indicado en gripes, sinusitis, laringitis, asma, tos, reumatismo y como cicatrizante.
Geranio malvarrosa (hojas de): tónico; estimulante de las glándulas suprarrenales; analgésico; astringente; repelente de insectos. Indicado en heridas , quemaduras, neuralgias, mala circulación, mastitis y como tonificante de la piel.
Laurel: antiséptico; tónico; descongestivos. En afecciones pulmonares y resfriados. El ron de laurel se recomienda como tónico capilar.
Lavanda: antiespasmódico; calmante del dolor; antiséptico; reconstituyente; repelente de insectos. Utilizado en trastornos nerviosos, como relajante, en heridas, quemaduras y acné. Es la mejor esencia para el jabón de ducha y, de hecho, el término lavanda procede del latín lavare. Se le atribuye el poder de activar el yo altruista, la rectitud moral, vitalidad del organismo y pensamiento, simpatía, elocuencia e inclinación al trabajo. Es además antídoto contra los maleficios.
Limón (corteza de): tónico; antiséptico; diurético. Retrasa el envejecimiento, previene el endurecimiento de los tejidos y repele los insectos. Además, se le atribuye la capacidad de frenar y moderar las cualidades excéntricas, evitar enfermedades infecciosas, agilizar los reflejos y aumentar el mérito personal.
Manzanilla: tónica; calmante; analgésica; antibacteriana; antihistamínica. Indicada para problemas de piel, inflamaciones, tensión nerviosa, neuralgia, problemas digestivos, insomnio y reumatismo.
Menta piperita: estimulante del sistema nervioso, digestivo y circulatorio; diurética; antiespasmódica; analgésica; repelente de insectos. Utilizada para combatir la fatiga, indigestiones, flatulencias, migrañas, asma y bronquitis, y retención de orina (en baños). Se le atribuye el incremento de la fuerza física, eliminación de cansancio e inquietudes, y disminución del complejo de inferioridad.
Mirra (resina de): antiséptica; astringente; tónica. Indicada en infecciones, heridas, úlceras de piel y boca, asi como en problemas nerviosos. Además, activa el yo altruista y mejora las relaciones con los demás, aunque inclina más a la amistad que al amor.
Nerolí (flor de naranjo amargo): eficaz antidepresiva; antiséptica; digestiva; sedante; afrodisíaca. Mantiene el equilibrio físico, aumenta la salud vital y la longevidad y excita las cualidades pasivas e imaginativas (religiosidad, clarividencia, cualidades artísticas…).
Olívano (resina de): antiséptico; coagulante; sudorífero. Indicado para el tratamiento de heridas, bronquitis y asma, en dolores de los miembros inferiores, reuma y gota. Es el auténtico incienso, utilizado en iglesias como purificador del ambiente. Vuelve a la persona más práctica (ayudándole a materializar las cosas), aumentando su patrimonio.
Pachuli (hojas de): antiséptico; antidepresivo; sedante; afrodisíaco. Utilizado en problemas de la piel, ansiedad y como estimulante de la respuesta sexual. Se le atribuye influencia en el equilibrio físico e incidencia sobre el yo romántico y pasivo. Modera el gasto de energía vital, alargando la longevidad. Además atrae la suerte.
Pino (resina y hojas de): potente antiséptico; diurético; estimulante de las glándulas suprarrenales. Indicado en todo tipo de infecciones, retención de líquidos, fatiga, reumatismo, gota, gripe y bronquitis, e impotencia.

 Romero: estimulante general; estimulante de las glándulas suprarrenales; antiséptico pulmonar; descongestivo; repelente de insectos. Se administra en casos de fatiga, resfriados, gripe, reumatismo, gota, problemas de piel, jaquecas, para la reducción de grasa de los tejidos y agotamiento cerebral (en baños, aunque si se realizan por la noche, impedirán conciliar el sueño). De él se dice que purifica el cuerpo y el espíritu, estimula la circulación, aumenta la confianza en uno mismo, hace ver las cosas con sentido realista, ser activo y enprendedor.
Rosa (pétalos de): antibacteriana; reguladora de los órganos sexuales femeninos; antidepresiva; astringente; sedante; tónico para el corazón, estómago, hígado y útero; afrodisíaca. Recomendada en depresiones, falta de impulso sexual femenino, náuseas, dolor de cabeza, insomnio y cuidado de la piel (en duchas). Excita el espíritu, corazón y sentidos, proporciona sensibilidad, eleva el alma y atrae la suerte en el plano material.

 Salvia (Salvia oficinalis): llamada por los romanos “hierba sagrada”. Es tónico general; antiséptica; diurética; regulador de la presión sanguínea; regulador del sistema reproductor femenino. Indicada para la fatiga, nerviosismo, asma, bronquitis, es la más adecuada para los problemas de la menopausia, tensión baja. Se utiliza aplicada en duchas. Se le achaca que inclina a la sabiduría, al amor compartido –más platónico que sensual- estimula la intuición y vuelve a las mujeres más fecundas. La salvia utilizada en aromaterapia es S. esclarea.
Sándalo (raíces de): árbol sagrado en la india, razón por la cual todos ellos son propiedad del estado. Potente antiséptico; antiespasmódico; antídoto contra las picaduras. Se aconseja en casos de fatiga, problemas digestivos, enfermedades infecciosas, reúma, inflamaciones cutáneas, asma, mordedura de serpiente y parásitos intestinales. Se dice que compensa el desequilibrio causado por una “falta de higiene moral”, combate los disgustos, el estrés y el asco, además de ser un elemento de entendimiento familiar y buena vecindad.
Vetiver (raíces de): en perfumería se le denomina “aceite de la tranquilidad”. Está indicado en casos de ansiedad y tensión nerviosa. Inclina a la sabiduría, fortalece la voluntad y equilibra las funciones vitales.  

Ylang-ylang (flores de): regulador de la presión sanguínea; sedante; antiséptico; afrodisíaco. Combate la hipertensión, las infecciones intestinales y la impotencia. Se le atribuye la eliminación de dudas e inquietudes, el aumento de la confianza en uno mismo, que favorece y fija las colaboraciones y amistades de carácter intelectual. 


 http://laboticasecreta.blogspot.com.es/




Plantas silvestres comestibles. Por Josep Pàmies.








 
Este blog tiene voluntad eminentemente divulgadora, y el mundo de las plantas, así como la Fitoterapia,  me parecen temas muy interesantes.

Aquí os dejo un vídeo de Josep Pàmies, persona  cuya labor divulgadora en su ámbito, me parece muy encomiable.









Espero que os guste.