domingo, 11 de enero de 2015

Astrología como perteneciente al mundo de las ciencias y de los lenguajes. Por Germán Rosas









Astrología como perteneciente al mundo de las ciencias y de los lenguajes

  Por Germán Rosas


“Preguntémonos por qué el Ser Humano crea ciencias.
Preguntémonos por qué el Ser Humano crea lenguajes.
¿Responde a sus necesidades?
¿Si? ¿A cuáles?
  1. Necesidades de supervivencia.
  2. Necesidades de afecto.
  3. Necesidades de afiliación
  4. Necesidades de autorrealización.
Se crea ciencia para estudiar los fenómenos de la naturaleza (incluido el Ser Humano como parte de la Naturaleza) para observarlos, ordenarlos, establecer su naturaleza, ciclos, y para, antes que ellos se presenten, predecirlos; y, de ese modo, lograr ventajas.
Se crean lenguajes para crear memoria, para dar información, para registrar hechos valiosos que logren que las generaciones que recién nacen no tengan que intentar en vano adquirir toda la experiencia humana acumulada (todas las ciencias y todos los lenguajes), sino, para tan sólo apropiarse en forma rápida de lo registrado.
La ciencia se va innovando generación tras generación; igual los lenguajes; pero, también ciencias y lenguajes se van degenerando y, en muchos casos, perdiendo.
Es natural porque la moda opaca lo clásico; eso no sucede solamente con los zapatos, los pantalones, las faldas, la ropa interior y los sombreros; también pasa de las ciencias y lenguajes.
Ejemplo: para decir:
- "Mira Mario, venga y le digo"
No necesita usar latín, griego, o el dialecto en alemán -según Jorge Luis Borges- creado por Martín Heidegger...
Pero... para conversar acerca de Mario como ser existente, con un contenido y un posible sentido dentro del universo..., ya no nos sirve el lenguaje del gomelo ni el lenguaje pintoresco y suficiente, para ellos a lo largo de su vida, de los emo.
La Astrología como lenguaje tiene una historia de seis mil años. Pero ha sido en los últimos 120 años donde ha llegado a su madurez con una brillante excepción en el siglo 16 gracias a los aportes de un médico astrólogo, consejero de Renato Descartes, Jean Baptiste Morín de Villefranche, cuyo libro en 23 tomos está bien custodiado en la Biblioteca del Vaticano.
La Astrología, como ciencia, 1) adquiere presencia con la vida y obra de Isaac Newton, 2) posibilidad de uso masivo en lo elemental, con los ordenadores (computadores, iPad, tabletas, celulares de última generación, etc.) cada vez solamente más veloces y sorprendentes en su capacidad de diagramación, pero siempre necesitados de la intervención de un humano enredado en metros y metros de cables de los que no ha podido prescindir en forma completa; 3) producto tecnológico, aún no porque no es masiva la NECESIDAD de evolucionar al máximo como ser humano, ya que lo único que parece contentar a las masas, por su educación, es jubilarse y poder morir sin que la mesada mensual le sea escasa.
Como ciencia, la Astrología pertenece a la Física. Su campo de estudio es predecir lo mejor del inventario de la vida de cada humano e incitarlo a que lo desarrolle al máximo; hacerle ver que, una repetición genética por más brillante que parezca a la radioemisora de su pueblo o el periódico de su ciudad, es solamente un acto fallido, acto fallido de 40, 60, 70, 80 años de esfuerzos heroicos, sólo un esfuerzo estéril enfocado en usar el tiempo para estar “vertiendo la nada en el vacío” (la feliz frase es atribuída al gran George Ivánovich Gurdjieff).
Cuando las ciencias y los lenguajes están fundamentados y en su madurez alcanzan sencillez y diafanidad, lo que la disciplina de la gerencia puede producir es la tecnología.
Cuando las ciencias y los lenguajes no tienen madurez, se debaten en la confusión, en la variedad de pareceres que hacen imposible la creación de la tecnología; esto último desemboca en millones de estudiantes en diferentes países del mundo que terminan estudios de varios años pero no encuentran ser empleados, pues su capacidad adquirida no los hace deseables en el mercado laboral.
En la actualidad la Astrología en su contenido y uso está muy lejos del alcance de las personas cultivadas y de los hombres unamunianos "de carne y hueso". Porque a ellos solamente se les presenta las visiones históricas de la astrología de la Grecia clásica, de la Roma decadente o del siglo de oro Árabe (siglo X), y, aún peor, de los programas matutinos en los canales de los países del tercer mundo con televidentes, a esas horas, de escasa cultura.
Sin embargo se puede llegar a interesar en una ciencia y en un lenguaje valioso, como lo es la astrología, desde alguna faceta sencilla de su tecnología. Un ejemplo: se puede llegar a ser un innovador en la ciencia de la electricidad y de la energía usando un celular y preguntándose qué es una pila, por qué permite ella que el teléfono funcione, por qué la pila agota su poder, por qué no tiene más durabilidad, por qué no dura siempre.
De parecida manera, un habitante del mundo en el 2013 puede acceder a un programa de astrología, graficar las características del Sistema Solar en relación a su planeta Tierra y acudiendo a las leyes gramaticales del lenguaje astrológico (como cualquier gramática de cualquier lenguaje no pasa de 500 páginas), descubrir su inventario de acontecimientos y, asombrarse hasta lo indecible, que no usa el 1 por millón de sus posibilidades dado que está solamente repitiendo vidas biológicas porque solamente ha sido muy bien educado para dejar que su vida se acabe como una vela prendida al mando tiránico de sus genes y de sus paradigmas implantados con mucho esmero por los amorosos adultos y los educadores.
Siguiendo la historia de la astrología, así como puede hacerse con la Química, la Física o la Matemática, se desemboca en usos tan sencillos como maravillosos para el bienestar humano. Pero..., no sé si feliz o desgraciadamente..., ni las personas cultas, ni los que ostentan poder, ni las grandes muchedumbres tienen idea de la astrología actual, ni siquiera cuando creen que la están usando quienes en su lenguaje tienen repetidamente la palabra astrología.
Como toda ciencia y lenguaje válido, luego de una exposición que sustente su existencia, su metodología y objetivo, el sentido común indica la necesidad de ir al laboratorio. Mismo que podría ser en un auditorio de postgraduados o en aplicaciones puntuales en casos bien definidos y observados por especialistas de otras ciencias; en el primer caso, como docencia, bastaría unas 30 horas; en el segundo caso, como aplicación, sería necesario observación de unos dos años.
Febrero, 2013. Este escrito existe por una conversación motivada por Octavio Machado. Sin su pregunta, este contenido no existiría. GR.


 http://carta-natal.es/articulos/astrologia-como-ciencia-y-lenguaje.php



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